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Sumeria, siglo XXIV a. C. : la primera reforma social de la historia

  • Foto del escritor: Ex Oriente Lux
    Ex Oriente Lux
  • 16 oct 2020
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: 22 nov 2020

Mesopotamia estaba dividida en pequeñas ciudades-Estado o ciudades–Templo, pues el suelo pertenecía en teoría al DIOS de la ciudad y lo administran los sacerdotes del Templo. El Templo era centro de la vida religiosa, económica y comercial, era el lugar donde se almacenaban los granos, pernotaban las caravanas comerciales, y se pagaban los tributos. La estructura social se encontraba gobernada por la casta sacerdotal y se basaba en el trabajo de los esclavos prisioneros de guerra. Fue en la Mesopotamia donde se inventó el primer sistema de escritura cuneiforme, cuyo objeto en primera instancia no eran contar las historias de sus héroes, sino el de registrar el flujo de bienes y productos traídos por el florecimiento del comercio. En el mismo sentido los sumerios fueron una de las primeras civilizaciones a nivel regional, que principalmente por motivos comerciales, inventaron la escritura cuneiforme en tablillas de arcilla, estos motivos comerciales fueron las letras de cambio, los contratos, los registros para establecer la propiedad de la tierra y los derechos de riego, para fijar por escrito los impuestos y para registrar la contabilidad. El modelo colectivista del estado rural-artesanal se funda principalmente en la agricultura de regadío y en la propiedad estatal de la tierra, controlada estratégicamente por un poder central de carácter sacerdotal (religioso), además de un ejército para defender y conquistar territorios, el adiestramiento de su respectiva burocracia, la cual se asienta a su vez en el avasallamiento de las masas campesinas por medio del cobro de impuestos, contribuciones y la esclavitud, esta última es la fuerza principal de trabajo. Para la civilización sumeria El Templo es el centro alrededor del cual se desarrolla la economía, la política y la religión. Los sacerdotes del Tempo organizaban el culto, gobernaban la ciudad, administraban los ingresos, ordenaban el ejército, vigilaban y hacia el mantenimiento de los canales de riego. Con la expansión de las ciudades-estado sumerias y la lucha incesante de unas contra otras surge un nuevo poder en contraposición al Templo: el Palacio, desde donde el líder militar que dirige al ejército de la ciudad empieza a rivalizar en poder con los sacerdotes del templo. Aun así, en una primera etapa, para los sumerios lo más importante es el Templo, por encima de la gente de Palacio. La organización económica de la Mesopotamia a similitud de la egipcia dependía de los impuestos, pues había una gran gama de impuestos tanto a las transacciones y actividades económicas como a los ritos y actividades religiosas. Los funcionarios del Templo con el fin de evitar el fraude llevaban a cabo el cálculo de las cosechas, y las controlaban por medio de emisarios especiales, escribas y vecinos, que estaban al servicio de los funcionarios del Templo. En un sistema social piramidal como el sumerio en el que El Templo ocupaba la cúspide, el ascenso a esta cúspide de El Palacio hizo insoportable para la base ciudadana el sostenimiento de este sistema piramidal con dos grandes poderes (Templo y Palacio) en su pequeña y estrecha cima. En el transcurso de esas guerras crueles entre las ciudades-estado sumerias y de sus desastrosas consecuencias, los ciudadanos habían perdido su libertad. Los amos de la ciudad, con el objeto de reclutar ejércitos y de suministrarles armas y pertrechos, habían creído necesario usurpar los derechos de los individuos, aumentar los impuestos y hasta apropiarse del patrimonio del Templo. Mientras el país había estado en guerra no existió oposición; la guerra había hecho pasar todos los resortes del mando a manos de la gente del Palacio. Pero, cuando se hizo la paz, los palaciegos se mostraron muy poco dispuestos a abandonar los puestos y prerrogativas que les proporcionaban tan grandes provechos. En realidad, nuestros antiguos burócratas habían descubierto el medio de multiplicar los tributos, las contribuciones, las tasas e impuestos en colosales proporciones. Un ejemplo de ciudad-estado es Lagash, donde las cosas comenzaron a funcionar mal, cuando los prestamistas individuos privados de la relación acreedor-deudor generalizaron un interés del 33% para el cereal y del 20% para la plata, lo que pone a los deudores en una relación de dependencia con respecto a los acreedores, convirtiéndose en una masa de individuos que se mueve entre el umbral de la supervivencia y la ruina producida por las deudas. Es así como el crédito privado con ánimo de lucro, corrompió por completo el sistema en Lagash, pues va a haber unos individuos con la condición deudores indefinidamente. Es en medio de una situación de crisis social que Urukagina, el último rey de la primera dinastía de Lagash, accede al poder en el siglo XXIV a.C., pasado a la historia como un reformador con tintes revolucionarios. Urukagina fue el duodécimo y último rey de la primera dinastía sumeria en la ciudad-Estado de Lagash. De acuerdo con las opiniones de los académicos, el reinado de Urukagina oscila entre las siguientes fechas 2378 - 2371 y 2351 - 2342 a.C. Urukagina llegó al poder mediante un golpe de Estado, por lo que para legitimarse y conservar el poder realizó reformas sociales, reformas que han llegado hasta nuestros días. Cuando Urukagina llega al poder en la ciudad-estado de Lagash, la situación de la población es de un total sometimiento económico tanto por parte de los funcionarios del Palacio como por parte de los funcionarios del Templo, al punto de tener a la población esclavizada. Pues los impuestos y contribuciones, sumado a los intereses de las deudas, y el abuso de los poderosos sobre los débiles, tienen a la población económicamente asfixiada. Es en este contexto de desolación y esclavitud económica de la población que aparece la figura de este soberano, quien para devolver la libertad a la población lleva a cabo una reforma social, que será recordada por ser una de las primeras reformas sociales y la primer reforma tributaria de la que se tengan datos. En el edicto que promulga al comienzo de su reinado, afirma haber llegado a un pacto con el dios local Ningirsu para que “no se dejara a los huérfanos y a las viudas a merced de los poderosos” y otras cosas por el estilo. El edicto de Urukagina incluye una condonación de deudas, de este edicto también se deduce que los administradores estaban manejando la propiedad institucional como propiedad privada, y que abusaban sistemáticamente de su superioridad. Urukagina prohíbe, que un administrador apalee a un hombre porque no le quiera vender su asno, o porque pretenda que se lo pague en plata, es decir, protege la propiedad de los débiles frente a los abusos de los poderosos. También obliga a restituir a los templos la tierra que les han ocupado los administradores, y en general, amenaza con el destierro a los funcionarios que se apropien indebidamente de lo que no les corresponda. Las reformas de Urukagina pretenden controlar los abusos personales de los funcionarios, que también perjudican los intereses del rey. Sus reformas sociales, recogidas en sus inscripciones, constituyen un importante testimonio de la madurez política y el avanzado estadio de civilización alcanzado por los sumerios. Sus reformas parecen haber sido motivadas, en parte al menos, por un deseo de fortalecer su propia posición, asegurándose el apoyo de aquellos súbditos que debían rendir servicio militar. El vivo sentimiento de la justicia que le inspiraba le llevó a suprimir los privilegios que la casta sacerdotal se había arrogado indebidamente a expensas del pueblo; los inspectores fiscales, de triste reputación, fueron revocados. Pero, por otra parte, restituyó a las autoridades eclesiásticas las tierras acaparadas por la propia monarquía. Los versos que conforman el escrito de la reforma social de Urukagina, son polémicos, en el sentido de que son los que más se acercan a afirmar que los ricos se hicieron más ricos, mientras los pobres se hicieron más pobres, antes de la llegada de Urukagina al poder en Lagash.

«El director de las barcas se apodera de las barcas; el pastor jefe se apodera de los asnos, de las ovejas; el jefe de la pesquería se apodera de los peces. Las raciones se pesaban con desventaja para el sacerdote» «Los pastores tenían que pagar por el esquileo. Los bueyes de los dioses araban los cebollares del Ensi (rey )y las plantaciones del Ensi de cebollas y pepinos estaban en los mejores terreno del dios» «Abusaba el enterrador. Los artesanos tenían que implorar su sustento. Las casas del Ensi y las tierras se amontonaban una contra otra» «Hasta el criado del rey cuando cavaba un pozo se apoderaba de un ciego, puniblemente, para sacar agua sin proveerlo de los necesario»


Es en este contexto que Urukagina llega al poder, promulgando reformas de impuestos, frenando el poder de los funcionarios corruptos, y gobernando los templos en nombre de los dioses. En ellas se lee en ellas como los árboles frutales y alimentos cultivados en tierras del templo debían ser para los necesitados, y no, como había llegado a ser la costumbre, únicamente para los sacerdotes, y de cómo esta práctica se remontaba a la forma en que se hacían las cosas en tiempos pretéritos. Además, esto nos indica que las costumbres y leyes más humanitarias, tales como las que requieren que los necesitados sean ayudados por la comunidad, también se remontan a la era de las sociedades solidarias, y que, a este respecto, las reformas de Urukagina estaban simplemente reafirmando los principios morales y éticos de una época anterior. Lo primero que hizo fue devolver a dios lo que era de dios, reduciendo su patrimonio devolviendo al templo las tierras que sus predecesores habían usurpado. Urukagina esperó a que los particulares que se habían lucrado a costa del dios procedieran con la misma generosidad con la que él había procedido, pero no fue así, nadie se mostró dispuesto a seguir el ejemplo del rey, y cuando este procedió a legislar, para conseguir lo que no se llevaba a cabo de forma voluntaria y espontánea, todo fueron quejas y protestas, entre los descontentos estaban los sacerdotes que habían perdido el usufructo de tierras y granjas sin recibir nada a cambio. Los sacerdotes cobraban hasta siete medidas de vino, cuatrocientos panes, cien medidas de trigo, un vestido, un cabrito, una cama y una silla. Todo esto para presidir un funeral. La misma muerte estaba sujeta a tasas e impuestos. Cuando se llevaba un difunto al cementerio, siempre se encontraba allí un enjambre de funcionarios y otros parásitos, dispuestos a sonsacar a la enlutada familia todo lo que pudieran de cebada, de pan, de cerveza y de muebles de toda clase. De uno a otro confín del Estado, observa acerbamente nuestro cronista, «había recaudadores». Para los augurios no solamente se tenía que pagar la tarifa regular del adivino profesional que leía el porvenir, sino que debía pagar hasta diez veces más por concepto de impuestos o derechos reales. Urukagina abolió los impuestos sobre el oráculo, también redujo al cincuenta por ciento las tarifas de los funerales; de los divorcios que costaban hasta seis monedas de plata, abolió el pago, pero mantuvo las condiciones para conceder el divorcio. Abolir los impuestos sobre el oráculo fue una medida encaminada a los emprendedores, pues habría muchos más empresarios decididos a consultar a los dioses antes de comenzar un negocio. La reducción de impuestos, la supresión de prioridades y prebendas del clero, el reajuste del aparato de la administración, la protección de los más débiles, las viudas y los huérfanos, convirtió a este rey en el primer legislador justo y compasivo. Urukagina liberó a la gente de Lagash de la sequía, del robo y del asesinato, introdujo la libertad y estableció que el poderoso no debía abusar de los pobres, de las viudas ni de los huérfanos. Urukagina consolidó su legislación imputándole origen divino, algo que harían después de él los grades legisladores de la antigüedad, La única marea de que la gente acate una ley es hacerla preceder de la deidad y la única marea que la gente rechace un comportamiento es señalarlo como una prohibición divina. Es así como Urukagina se convierte en el primer maestro de sabiduría cuando explicó que el hombre fue hecho de arcilla para servir a los dioses y que los dioses prefiere la moralidad a la inmoralidad, la justicia a la injusticia, la verdad a la mentira y la compasión a la crueldad. Además de todo esto, las reformas de Urukagina son también conocidas por haber prohibido la poliandria: el derecho de la mujer a poder tener varios maridos. Sí, en aquella época las mujeres de Lagash parece que podían casarse con varios hombres sin problema, so pena de que la mujer que tome varios maridos sea lapidada. Sus leyes prohibiendo la poliandria han dado lugar a que, desde ópticas actuales, se considere a Urukagina el primer represor de los derechos de la mujer, ya que no se tiene noticia de que hiciese lo mismo con los hombres prohibiendo la poligamia. Sim embargo, no sabemos si pudo llevar a la práctica todas sus reformas ya que su reinado terminó en su octavo año y con él, la denominada I dinastía de Lagash, cuando Lugalzagesi, rey de Umma, tomó por las armas la ciudad y unificó Sumeria por primera vez. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS: NOAH KRAMER, Samuel (1985). La historia empieza en Sumer. Traducido del inglés por Jaime Elías. Barcelona: Ediciones Orbis, S. A., 1985. KLÍMA, Josef. Sociedad y cultura en la antigua Mesopotamia. Quinta edición. Traducido Por Matilde Moreno. Titulo original Gesellschaft and kultur des alten Mesopotamien. Madrid: Ediciones Akal S.A., 2007. LARA PEINADO, Federico. La civilización sumeria. Madrid: Temi, 1989. POSTGATE, J. Nicholas. La Mesopotamia arcaica. Sociedad y economía en el amanecer de la historia. Titulo original: Early Mesopotamia, Traducido por Carlos Pérez Suárez. Madrid: Ediciones Akal, S.A., 1999.

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