Los Jardines Colgantes...¿de Babilonia o de Nínive?
- Ex Oriente Lux
- 17 jun 2020
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Todo el mundo ha oído hablar de los Jardines Colgantes de Babilonia, pero ¿seguro que estaban en Babilonia? parece que las evidencias arqueológicas e históricas nos indican actualmente lo contrario.
Los Jardines Colgantes, una de las Siete Maravillas del mundo antiguo , son mencionados por varios autores griegos: el geógrafo Estrabón , el historiador judío Flavio Josefo , el orador Filón de Bizancio y Clitarco. Estos libros son citados por el historiador siciliano Diodoro y su colega romano Curtio Rufo . Tenemos, por tanto, una gran cantidad de fuentes y podemos hacernos una idea, más o menos precisa de esta gran obra. Los Jardines Colgantes tenían forma de colina artificial, semicircular y en forma de teatro con varios niveles, llegando a alcanzar hasta los 25 metros de altura. En la base se situaba una especie de piscina alimentada por los arroyos que fluían por las laderas. Todo el jardín ocupaba unos 120 metros de diámetro y se estima que era regado con al menos 35.000 litros de agua que llegaba por medio de un canal y un acueducto.
Los investigadores contemporáneos todavía discuten sobre la ubicación exacta de los jardines, pero tuvieron que haber estado cerca del río debido a la necesidad de un suministro de agua constante. Alejandro Magno por ejemplo, no podría haber pasado una cantidad significativa de tiempo en Babilonia y no haber visitado los jardines, pero ¿sería este el lugar donde yació muriendo, tratando desesperadamente de calmar su fiebre como afirma Arriano? Poco antes de la muerte del gran conquistador, se informa que Alejandro fue "llevado al río donde lo subieron a un bote y cruzó el río hacia el jardín". Pocos días después, estaba nuevamente en el jardín, y luego "fue llevado del jardín al palacio", donde posteriormente murió.
Hasta aquí todo bien. El problema es que todas estas fuentes fueron escritas en griego o latín. Los Jardines Colgantes no se mencionan en las miles de tabletas cuneiformes de Babilonia, algo muy raro si tenemos en cuenta el carácter fanfarrón y "chovinista" de los reyes babilonios, lo que los hacía alardear de sus logros arquitectónicos. La arqueología tampoco ha sido útil en este sentido; cuando la ciudad fue excavada a principios del siglo XX, Robert Koldewey (1855-1925) no pudo establecer la localización de los Jardines Colgantes, admitiendo que dudaba de la existencia de estos.
Por todo esto, se ha sugerido que pudo haber un malentendido y que los jardines debieron haber estado en Nínive , la capital de Asiria . Esto supone afirmar que ha habido un error comparable a colocar la Torre Eiffel en Berlín. Pese a ello, muchos investigadores creen que no es imposible debido a que los autores griegos a menudo confundían Babilonia y Asiria. De hecho, Heródoto de Halicarnaso llego a decir que Babilonia era la capital de Asiria.
Otra alternativa planteada afirma que los Jardines Colgantes son simplemente una descripción del Palacio de Nabucodonosor, ya que sabemos que tenía jardines, por lo que el jardín de la azotea también pudo haber estado allí.
Si se ha producido este fallo histórico, los investigadores señalan a Clitarco como fruto del malentendido. ¿Es Clitarco el inventor de los jardines colgantes? ¿o se debe todo a la confusión griega para distinguir Babilonia y Asiria?.
Habría que empezar planteándonos la más absurda de las cuestiones, ¿realmente se hace referencia a la ciudad de Babilonia en las fuentes antiguas? Nadie confundiría la gran capital de la antigüedad, ¿verdad?...bueno, pues quizás hasta el propio término "Jardines Colgantes" esté equivocado.
La expresión "Jardines Colgantes" ha estado omnipresente durante al menos los dos últimos milenos. No obstante, vale la pena detenerse para analizar con un poco de detenimiento lo que significa. Para muchas personas en occidente, la palabra colgantes evoca imágenes de plantas suspendidas o trepadoras que cuelgan. En la literatura tradicional es justamente ésta la imagen que se aprecia en las descripciones, con árboles, arbustos y otros tipos de especies vegetales colgando sobre el espectador o plantas creciendo desde un nivel inferior a aquel en el que se sitúa el observador. La impresión final siempre es la de estar en medio de plantas que flotan a tu alrededor.
Esta imagen que la gente tiene tradicionalmente del jardín se debe a la traducción de palabras desde el griego y el acadio. La palabra que se traduce desde el griego suele ser kremastos, que tiene el significado referido a objetos colgados del cuello de una persona o de una persona colgada en la horca. Sin embargo, el término también puede traducirse como trasplantar. Cuando los autores griegos realizaron esta traducción, puede que quisieran haberse referido a jardines plantados artificialmente en una colina.
Los defensores de la localización en Nínive, afirman además, que un bajorrelieve situado en el palacio de Senaquerib representa los Jardines Colgantes. Pero estos bajorrelieves se perdieron a mediados del siglo XIX. Algunos de ellos, fueron descubiertos por el arqueólogo británico Austin Henry Layard ,en la década de 1840 y pese a que ya se encontraban en mal estado de conservación, Layard encargó a un artista copiar el bajorrelieve en el que se ilustraban los jardines de Nínive.

Habría que tener en cuenta además los factores climáticos de ambas ciudades. Tanto babilonios como asirios sabían gestionar los recursos hídricos y aprendieron a aprovechar con maestría los flujos de los ríos para sus cultivos. Pero aquí terminan las semejanzas, Babilonia se sitúa en una zona que no recibe mucha lluvia anualmente (100-200 mm) mientras que Nínive está en una región con niveles pluviométricos bastante superiores, desde 600 hasta 1000 mm por año. En otras palabras, el clima de Babilonia es más árido que el de Nínive. Por tanto, Babilonia tenía una cantidad de agua tan mínima que ésta debía enfocarse casi exclusivamente a la producción agrícola. Por su parte, Asiria contaba con un excedente hídrico que podía destinarse a otras actividades, como la jardinería.
Además, en la Biblia también confunden a Babilonia. En el segundo libro de Crónicas (capítulo 33, versículo 11) se dice que el rey Manasés fue llevado cautivo a la capital asiria, Babilonia. El problema es que la capital asiria de la época era Nínive. Además, Babilonia seguía devastada y en ruinas después del ataque del rey Senaquerib. Una última mención donde se confunde a Nínive con Babilonia se produce en el relato de Diódoro Sículo, autor que se menciona al principio del artículo. Los detalles que relata el heleno son más propios de Asiria que de Babilonia. La única posibilidad para muchos investigadores les lleva a la conclusión de que durante estos años, Nínive pasara a conocerse con el nombre de Babilonia.
El rey asirio Assarhaddón, hijo de Senaquerib, comenzó un ambicioso plan de reconstrucción de Babilonia, en un intento de devolver a la ciudad su antigua gloria tras la derrota que sufrió a manos de su padre. A esta ciudad reconstruida las fuentes asirias la llaman ‘Nueva Babilonia’. Puede que esto contribuyera a la confusión de los autores posteriores. También se explicaría de esta forma las referencias a la ‘Vieja Babilonia’, Nínive y dejaría a la ‘Nueva Babilonia’como la Babilonia que nosotros conocemos actualmente.
La suma de todos los indicios presentados, dan como conclusión que posiblemente los jardines más famosos de la historia no eran ni colgantes, ni tampoco estaban en Babilonia. Hubo jardines, sí, pero de acuerdo estas nuevas investigaciones pudieron estar en Nínive, capital de Asiria.
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