Las "esposas de la cerveza": las esclavas-prostitutas de las tabernas sumerias
- Ex Oriente Lux
- 23 may 2021
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Actualizado: 26 may 2021


Si algo les encantaba a los habitantes de la antigua Mesopotamia, era el beber cerveza. La cerveza sumeria era entonces más parecida a una sopa espesa que a nuestras actuales bebidas cerveceras. La cerveza sumeria era turbia y no estaba filtrada. Se servía en grandes jarras comunitarias para compartir entre varias personas y se tomaba siempre en compañía. Los bebedores, sentados alrededor del recipiente, muy hondo, usaban largas pajas, hechas de cañas, que les permitían sorber el líquido del fondo, evitando las impurezas que flotaban en la superficie.

La cerveza, que se podía servir en las casas, se tomaba sobre todo en la taberna. Las tabernas eran al mismo tiempo un burdel. Quien atendía, siempre una mujer, hacia las funciones de camarera y de “madame”, convencionalmente representada gruesa y enteramente vestida, con una copa en la mano. La cerveza, que provenía de la fermentación del cereal, se asociaba no solo al placer, sino a la procreación y la civilización, que el trabajo de la tabernera aseguraba. De este modo, la figura de la tabernera se equiparaba o se confundía con el de una sacerdotisa.
Esta unión de prostitución y cerveza se encuentra muy presente en la mitología mesopotámica como factores civilizatorios. Ya en la “Epopeya de Gilgamesh”, el salvaje Enkidu —creado por los dioses para frenar los desmanes del rey Gilgamesh de Uruk— es “civilizado” por una prostituta llamada Shanhat. Ella mantiene relaciones sexuales con él y le enseña a comer pan y beber cerveza, revelando que la elaboración de la bebida y el sexo son piedras angulares de la civilización:
“Enkidu no sabía nada sobre comer pan,
Y a beber cerveza no le habían enseñado.
La ramera habló con Enkidu, diciendo:
“Come la comida, Enkidu, es la forma en que uno vive”.
Bebe la cerveza, como es costumbre en la tierra".
Enkidu comió la comida hasta que se sació,
Bebió la cerveza, ¡siete jarras! ¡y se volvió locuaz y cantó con alegría!”
En la antigua Sumeria existían muchos tipos diferentes de prostitutas, estaban las prostitutas sagradas que ejercían la prostitución en templos dedicados a la diosa Ishtar, había también prostitutas de lujo para personas de alto nivel, eso que hoy llamaríamos “escort”, y prostitutas callejeras. Incluso existía también la prostitución masculina orientada para quien tuviera preferencias homosexuales, los famosos “assinum” que eran hombres travestidos que se prostituían. De todas estas clases de prostitución, unas de las de nivel más bajo eran las simples prostitutas del pueblo llano, que buscaban a sus clientes en los puertos y en las entradas de las ciudades, sin que eso supusiera una falta de decencia, ya que eran muy respetadas por lo general al ver los sumerios en la prostitución tan solo un trabajo más como cualquier otro. De este último tipo de prostitutas también se encontraban las llamadas “esposas de la cerveza” o “prostitutas de la cerveza”, que eran esclavas al servicio de las tabernas con las que los clientes podían yacer delante de todos los clientes, ya que los sumerios solían ser muy desinhibidos en cuanto al sexo se refiere. Estas esclavas sexuales, no eran en realidad tan respetadas como las demás, pero no por el hecho de ser prostitutas, sino por el hecho de ser esclavas.

Los clientes de las tabernas recibían una placa grabada a modo de un "billete" de terracota, en el que figuraba casi siempre la imagen convencional de una mujer desnuda, inclinada sobre una gran jarra de la que bebía con larga paja, mientras es poseída por detrás. Esta iconografía estaba muy difundida por Mesopotamia ya que se han encontrado muchas tablillas con esas imágenes. La imagen no reflejaba necesariamente la realidad, mas era un signo que identificaba el tipo de comercio. La placa servía como señal de pago, y, al mismo tiempo, de anuncio de la taberna, que circulaba libremente a modo de publicidad. ¿Qué no habrán inventado los sumerios?

Bien dicen lo de la prostitución: Es el oficio más antiguo que se conozca.
EXCELENTE, MIL GRACIAS