La Jamsa: de amuleto pagano a símbolo del monoteísmo
- Ex Oriente Lux
- 30 nov 2020
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Actualizado: 1 dic 2020

La Jamsa, mano de Fátima, o mano de Dios El judaísmo, es un símbolo en forma de mano popular en todo el Oriente Medio y el norte de África. Aunque continuamente se suele asociar con la cultura islámica, se trata originalmente de un antiguo talismán de origen pagano. Su origen se encuentra a medio camino entre la Historia y las leyendas. Popular y de gran tradición en las culturas del antiguo Oriente, es una imagen reconocida y utilizada como señal de protección en muchas ocasiones a lo largo de la historia. El uso temprano de la jamsa se remonta tal vez a la antigua Mesopotamia, donde la imagen de la mano abierta se ve en artefactos mesopotámicos y de amuletos asociados con la diosa Ishtar. Otros apuntan a la teoría de una conexión remota entre el jamsa y un amuleto conocido por los antiguos egipcios como los Dos Dedos. En este amuleto, los Dos Dedos representan a Isis y Osiris y el pulgar representa a su hijo Horus. Se utilizaba para invocar los espíritus protectores de los padres sobre su hijo. Otros símbolos de protección divina basados en la mano incluyen la Mano de Venus (o Afrodita), que se usaba para proteger a las mujeres del mal de ojo y/o aumentar la fertilidad y la lactancia, promover embarazos saludables y fortalecer a los débiles. Pero de forma más segura, todo parece indicar que su origen apunta a que este símbolo fue utilizado como amuleto mágico por los cartagineses del norte de África. Este símbolo guardaba un vínculo muy especial con la diosa Tanit, donde la mano (o en algunos casos la vulva) de la diosa, que se utilizaba para protegerse del mal de ojo y contra enfermedades venéreas que provocaban infecciones vaginales continuas que creaban un olor desagradable. Su culto tenía relación con la fertilidad y la luna. Desde el norte de África este amuleto pasó a ser parte de la cultura de los magrebíes y bereberes. Estos pueblos lo asociaron con la fuerza, el poder y la autoridad.
En el Islam, el judaísmo y algunos cristianos de oriente conservan hasta hoy el motivo folclórico de esta mano, cuyo referente último probablemente sea la mano de Dios. Se trata de lo que en el pasado posiblemente fue empleado como un talismán pero se ha vuelto hoy un motivo de expresión de fe monoteísta, apreciado por judíos y musulmanes como un recordatorio de Dios y una expresión de deseo de recibir sus bendiciones y protección. En la cultura popular, se ha convertido en uno de los símbolos más recurrentes a la hora de realizar joyas, accesorios e incluso tatuajes en el mundo occidental para el cual no posee significado religioso. También representa la feminidad y se la conoce como la mano sagrada de la mujer.
Compuesto por una mano con cinco dedos. Una característica muy interesante es que los dedos índice y anular son más cortos que el corazón, pero tienen el mismo tamaño entre ellos. Muchos relacionan este amuleto con la interpretación religiosa a partir del Corán o a partir de la Torá pero lo cierto es que originalmente nada tiene que ver con ellos. Aunque no sea un símbolo originario ni del Judaísmo ni del Islam, y teniendo en cuenta que el Corán establece la prohibición del uso de la superstición, la religión islámica vincula los cinco dedos con los cinco principios básicos del Islam: profesión de fe, oración, limosna, ayuno y peregrinación a La Meca. En el Corán, Dios señala y reconoce la existencia del mal de ojo, y las tradiciones islámicas admiten que el propio Profeta aceptaba el uso de talismanes, siempre que estuvieran basados en los textos coránicos. En la Arabia preislámica, según Tertuliano, las mujeres se protegían del mal de ojo cubriéndose el rostro con un velo. En cuanto a la religión judía, relaciona la mano de Fátima de manera alegórica con los cinco libros de la Torá, el Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. El significado de la Mano de Fátima tiene que ver sobre todo, con la posición en la que lleves el amuleto. Si el amuleto se presenta con la mano hacia arriba indica poder, fuerza y bendición. En cambio, cuando la mano está hacia abajo se utiliza para protegerse del mal de ojo, añadiéndole además en la palma de la mano un ojo, el llamado “el ojo de Fátima”, que atrae la suerte y el amor. Usado para protegerse contra el mal de ojo, una mirada maliciosa que se cree que puede causar enfermedad, muerte o simplemente mala suerte en general. En este contexto, la jamsa suele contener un símbolo de ojo. Las representaciones de la mano, el ojo o el número cinco en la tradición árabe (y bereber) están relacionadas con la protección contra el mal de ojo, como se ejemplifica en el dicho “khamsa fi ainek” ("cinco [dedos] en el ojo "). Este popular amuleto adoptaba ya en la Edad Media diseños variados. En la tipología nazarí de la Alhambra, por ejemplo, su superficie se amplía más allá de la muñeca hasta abarcar el antebrazo. Debido a su importancia en la cultura musulmana, la jamsa es uno de los símbolos nacionales de Argelia y aparece en su emblema. También es el más popular entre los diferentes amuletos para protegerse del mal de ojo en Egipto.

Aunque es de especial significado en la cultura árabe y bereber, el pueblo judío también ha interpretado y adoptado para sí durante mucho tiempo el símbolo de la mano con gran importancia en su simbología. La jamsa vendría a simbolizar un pasaje bíblico de gran importancia:
"el Señor sacó a Israel de Egipto con mano fuerte y brazo extendido".
Deuteronomio 26:8
Esa "mano fuerte" es representada por la jamsa que enraizó su relevancia en la comunidad entonces. La mano ejemplificó la voluntad de Dios de ayudar a su pueblo y sacarlos de la lucha. Alrededor de la época del período bizantino, los artistas representaban la mano de Dios que se extendía desde arriba. La mano de Dios desde el cielo sacaría al pueblo judío de la lucha, y los judíos rápidamente establecieron una conexión entre la jamsa y su cultura. La mano se identificó en el texto sagrado de los judíos y se adquirió como un icono influyente en toda la comunidad.

Entre el pueblo judío, el jamsa es un símbolo muy respetado, sagrado y común. Se utiliza en la Ketubah, o contratos matrimoniales, así como en elementos que adornan la Torá, como los punteros y la Hagadá de Pascua. El uso de la mano como imagen tanto dentro como fuera de la sinagoga sugiere la importancia y relevancia que el pueblo judío asociaba con el jamsa. La mano decoró algunos de los objetos más religiosos y divinos. En el momento del establecimiento del Estado de Israel el jamsa se convirtió en un símbolo en la vida cotidiana israelí y, hasta cierto punto, en un símbolo del propio Israel. Ha llegado a ser un símbolo de laicidad y un talismán de moda; un amuleto de "buena suerte" que aparece en collares, llaveros, postales, tarjetas telefónicas y de lotería, y en anuncios. También es un símbolo de uso común por los judíos fuera del Medio Oriente, particularmente en las comunidades judías de los Estados Unidos. También se incorpora en joyería de alta gama, azulejos decorativos y decoraciones de paredes. Un ejemplo curioso es el uso de una expresión entre los judíos que se asemeja al uso occidental de la frase "tocar madera", una expresión común en Israel es "Jamsa, jamsa, jamsa, tfu, tfu, tfu", el sonido de escupir, supuestamente ayuda a ahuyentar la mala suerte.

El cristianismo también heredó del judaísmo la representación de la mano de Dios, que al igual que en las otras religiones monoteístas indicaría protección divina, pero que en el cristianismo significaría también legitimación del poder de reyes y emperadores. Hay representaciones de la mano frecuentemente en el cielo entre las nubes y dirigida hacia la tierra; con los dedos abiertos o juntos, o bien bendiciendo. Será un motivo artístico ampliamente representado en el arte del cristianismo del primer milenio, donde se incluye en ocasione la mano de Dios para mostrar la coronación del personaje o para bendecirlos, así como su representación en temas artísticos relacionados con episodios del Nuevo Testamento. Algo semejante ocurre en muchos códices carolingios y otonianos donde la presencia de la mano de Dios indica la soberanía reconocida por Dios.

Sin embargo, este motivo iconográfico fue desapareciendo a medida que las representaciones de Dios –prohibidas en un principio en el cristianismo como herencia de sus raíces judías- se hicieron más comunes, especialmente a partir del Renacimiento en Europa. Esto y la idea cada vez más generalizada de que se trataba de un símbolo de los “infieles” sarracenos fue haciendo que los cristianos abandonaran el uso de la jamsa, ejemplo de ellos es que después del fin del dominio islámico en España, el uso de la jamsa se cuestionó tanto como para incitar a un comité episcopal convocado por el emperador Carlos V a decretar la prohibición de la Mano de Fátima y todos los amuletos de la mano en 1526. Aunque han sobrevivido otras formas representativas de esta mano, como ejemplo, la cultura constructora popular española ha incorporado este icono en forma de aldabas en no pocas puertas.
Algunos grupos de cristianos orientales que viven en Oriente Medio la siguen utilizando hoy día, llamando a la jamsa la "Mano de la Virgen María".

Bibliografía:
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