Ishtar
- Ex Oriente Lux
- 14 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 jun 2020

Inanna, diosa de la guerra y del amor, reina de la primavera/verano, resucitada de entre los muertos tras bajar al Inframundo a enfrentarse con su némesis y casada con Dumuzi, rey del otoño/invierno. Asociada con el planeta Venus, es la posterior Ishtar, inspiración de Anahit en la antigua Armenia (Urartu), y la Asera de la tradición bíblica. Se la identifica con la Afrodita griega y la Astarté fenicia, y a través de ellas con la Venus romana, la Diosa Madre por excelencia, cuya mitología es clave en la creación de la virgen María cristiana. Inanna no sólo reinaba sobre la guerra y el amor (que no el matrimonio), sino que mediante un subterfugio (emborrachándolo) había conseguido robar al poderoso dios Enki los ‘Me’, las invariables reglas de conducta necesarias para la civilización humana; los algoritmos del comportamiento más avanzado, como los oficios del pastor, el herrero o el escriba, las dignidades de los sacerdotes, las historias del descenso y ascenso del Inframundo o la narración del diluvio. Adoptaba así las características de Prometeo, robando aspectos vitales de la civilización a los mismos dioses para dárselos a los humanos. Simbolizando lla igualdad o incluso preeminencia de Inanna frente a su padre Nanna-Sin.
"¡Ay de aquel a quien había honrado Ištar, la diosa caprichosa trataba cruelmente a sus amantes de paso, y los infelices desgraciados suelen pagar un alto precio por los favores amontonados en ellos. Los animales, esclavizados por el amor, perdían su vigor nativo: cayeron en las trampas colocadas por los hombres o fueron domesticados por ellos. '¡Tú has amado al león, poderoso en fortaleza', dice el héroe Gilgameš a Ištar, 'y has cavado pozos para él siete y siete! Has amado al corcel, orgulloso en la batalla, y le has destinado el cabestro, el aguijón y el látigo'".
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