Enheduanna: la primera escritora de la Historia
- Ex Oriente Lux
- 5 jul 2020
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Enheduanna, En-hedu-ana o En Hedu Anna fue una de las primeras mujeres de la que tenemos constancia en la historia y posiblemente la primera mujer escritora que se conoce.
Era hija del Rey Sargón I de Acad, el fundador del Imperio Acadio, y su nombre no es un nombre real, sino un título que ostentó. Cada sílaba que compone el nombre de Enheduanna tiene un significado propio: “En” quiere decir “alta sacerdotisa” o "gran sacerdotisa de Ur", “hedu”, se traduciría como "ornamento” o "adorno" y “anna” significa “cielo”, que fue el nombre que adquirió al ser nombrada sacerdotisa. Literalmente significa “La alta sacerdotisa, adorno del cielo”.

Era sacerdotisa del templo del Dios Nannar (luna) en la ciudad sumeria de Ur. Tuvo que ser una persona muy influyente, pues a su muerte fue considerada un ser semi-divino.
Como miembro de la realeza, sabemos que Enheduanna participó en varias intrigas palaciegas. En una de estas conspiraciones, durante el reinado de su hermano Rimush, sabemos que fue despojada de sus títulos y desterrada de Ur, donde tenía gran poder, aunque posteriormente fue restaurada en su cargo.
Su obra literaria está vinculada a la exaltación de diferentes divinidades mesopotámicas y se han encontrado numerosas copias de sus poemas en varias ciudades de la región, Ur, Nippur, Lagash...etc.

Sabemos que al menos compuso 42 himnos de gran belleza, a continuación os dejamos la transcripción de algunos de ellos:
"LA EXALTACION DE ENHEDUANNA A INANNA"
l. INNANA Y LAS ESENCIAS DIVINAS
Señora de todas las esencias, luz plena,
buena mujer vestida de esplendor
a quien el cielo y la tierra aman,
amiga de templo de An,
tu llevas grandes ornamentos,
tú deseas la tiara de la alta sacerdotisa
cuyas manos sostienen las siete esencias,
O mi señora, guardiana de todas las grandes esencias,
las has escogido y colgado
de tu mano.
Has reunido las esencias sagradas y las has puesto
apretadas sobre tus pechos.
2. INANNA Y AN
Como un dragón has cubierto el suelo
de veneno.
Como el trueno cuando ruges sobre la tierra,
árboles y plantas caen a tu paso.
Eres una inundación descendiendo desde una montaña,
¡Oh primaria,
diosa lunar del cielo y de la tierra!
Tu fuego sopla alrededor y cae sobre nuestra nación.
Señora montada sobre una bestia,
An te da cualidades, órdenes sagradas,
y tú decides.
Tú estás en todos nuestros grandes ritos.
¿Quién puede entenderte?
3. INNANA Y ENLIL
Las tormentas te prestan alas, destructora de nuestras tierras.
Amada por Enlil, tú vuelas sobre nuestra nación.
Tú sirves a los decretos de An.
Oh mi señora, al oír tu sonido,
colinas y llanuras reverencian.
Cuando nos presentamos ante ti,
aterrados, temblando en tu clara luz tormentosa,
recibimos justicia.
Nosotros cantamos, nos lamentamos, y lloramos ante ti
y caminamos hacia ti a través de un sendero
desde la casa de los enormes suspiros.
4. INANNA E ISHKUR
Tú lo derribas todo en la batalla.
Oh, mi señora sobre tus alas
llevas la segada tierra y embistes enmascarada
en una atacante tormenta,
ruges como una rugiente tormenta,
truenas y sigues tronando, y resoplas
con vientos malignos.
Tus pies están llenos de inquietud.
En tu arpa de suspiros
yo escucho tu canto fúnebre.
5. INANNA Y LA ANUNNA
Oh, mi señora, la Anunna, los grandes dioses,
aleteando como murciélagos delante tuyo,
se vuelan hacia los farallones.
No tienen el valor de caminar
delante de tu terrible mirada.
¿Quién puede domar tu furibundo corazón?
Ningún dios menor.
Tu malevolente corazón está más allá de la templanza.
Señora, tu sedas los reinos de la bestia,
tú nos haces felices.
Tu furia está más allá de la templanza,
¡Oh hija mayor de Suen!
¿Quién te ha negado alguna vez reverencia,
señora, suprema sobre la tierra?
6. INANNA Y EBIH
En las montañas en las que no eres venerada
la vegetación está maldita.
Tú has convertido en cenizas sus grandes entradas.
Por tí los ríos se inflan de sangre
y la gente no tiene nada que beber.
El ejército de la montaña va hacia ti cautivo
espontáneamente.
Saludables hombres jóvenes desfilan ante ti
espontáneamente.
La ciudad danzante está colmada de tormenta,
conduciendo a los hombres jóvenes hacia ti, cautivos.
7. INANNA Y LA CIUDAD DE URUK
Has dicho tu sagrado mandato sobre la ciudad
que no ha declarado:
"Esta tierra es tuya,"
que no ha declarado:
"Le pertenece a tu padre y al padre de tu padre,"
y tú has bloqueado su paso hacia tí,
tu has alzado tu pie y abandonado
su granero de la fertilidad.
Las mujeres de la ciudad ya no hablan de amor
con sus maridos.
Por las noches ellos no hacen el amor.
Ya no están desnudas delante de ellos,
revelando íntimos tesoros.
Gran hija de Suen,
impetuosa vaca salvaje, suprema señora comandante de An,
¿quién se atreve a no venerarte?
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